Eclecticismo musical: Resonancias y diversidad en el segundo día de Rock al Parque 2023
Eclecticismo musical: Resonancias y diversidad en el segundo día de Rock al Parque 2023
El segundo día de Rock al Parque se presentó con una aurora sonora diversa. Los escenarios Plaza, Eco y Bio hicieron bailar a los más de 100 mil visitantes bogotanos y a aquellos que llegaron desde otras partes de la capital, e incluso de fuera del país, para participar en la cita con la cultura del rock.
El Parque Simón Bolívar se transformó en el escenario de un día que prometía desafiar expectativas y celebrar la riqueza de la música en sus diversas formas. Los escenarios de Rock al Parque ofrecieron una explosión de colores y ritmos que en los incios de la jornada fueron cortesía de Ensamble Arsis, que recordó nuestras raíces con su propuesta folclórica alternativa utilizando instrumentos típicos del interior colombiano, y Desgobierno con su grito de protesta a través del punk bogotano.
Desde la fusión de ritmos y elementos originarios con la música urbana de Miss Bolivia, hasta el sonido psicodélico de la cumbia setentera de Sonido Gallo Negro y la diversidad de Frailejon con su mezcla de sonidos raíces y futuristas, el escenario de Rock al Parque 2023 se convirtió en un crisol de culturas cuando estos sonidos tomaron el control.
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Así, el segundo día en Rock al Parque 2023 nos llevó a través de un viaje a través de épocas y sonidos que luchaban por ganarse un espacio en los corazones y recuerdos de los visitantes del festival. Desde gritar, bailar, saltar y llorar sin callar con Los Calzones, hasta la profundidad de los sonidos raíces, la sensualidad del R&B y la intensidad de la fusión del hip hop y el funk. Fue una experiencia que, al igual que el primer día, dejó una marca indeleble en la memoria de aquellos que buscaron en la música una conexión profunda y significativa.
R&B, blues, funk, hip hop, reggae y otras fusiones que conectan generaciones
El sol se puso sobre el horizonte y en Rock al Parque, con un hermoso cielo despejado, continuaron llegando bandas que exploraban todo tipo de sonidos diferentes. Junior Zamora atrajo al público con el bajo profundo y sensual del R&B, mientras que Nonpalidece envolvía el ambiente con su cálido reggae argentino. Incluso Daniel, me estás matando, con su curiosa mezcla de bolero, la locura de Kubrick y sintetizadores, añadió una dosis única de bolero-glam al festival.
Más tarde, los escenarios Plaza, Eco y Bio de Rock al Parque se iluminaron con la presencia de Jenny Woo, Javiera Mena, Matías Aguayo, Ana Curra y otros artistas que, con sus voces melódicas entrelazadas con rimas afiladas, crearon una experiencia auditiva que resonó con la diversidad de influencias y estilos. La magia de lo futurista, lo alternativo y lo independiente se manifestó en cada acorde, llevando a la audiencia a un estado de comunión musical.
El público de Rock al Parque, diverso en edades y gustos, se unió en una celebración de la música que trasciende generaciones y desafía las expectativas. En cada acorde, en cada verso, el festival se convirtió en un testimonio vivo de la capacidad de la música para unir a las personas en una experiencia colectiva. La diversidad de géneros se convirtió en un lienzo musical donde las conexiones entre generaciones se tejieron con melodías que perdurarán en la memoria de todos los presentes.
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Un adiós vibrante y una promesa de regreso
Una historia mínima para recordar y vivir una noche como esta, nuevamente junto a LosPetitFellas en Rock al Parque, no sin antes dar más gritos de libertad y protesta de punk con Los Suziox, el skanking y los coros pegajosos que resaltaron la esencia del ska, mientras la audiencia se sumergía en un baile colectivo que rompía barreras y celebraba la diversidad. El segundo día terminó así, con una explosión de colores y sonidos que recordó a todos que el ska es más que música; es una experiencia compartida de alegría, nostalgia y unidad mientras se coreaban las canciones inolvidables de Los Pericos.
La segunda jornada del festival no solo fue una experiencia musical, fue un viaje a través de géneros que en sus inicios desafiaron barreras y marcaron a varias generaciones. Rock al Parque demostró una vez más que la música es un lenguaje universal que trasciende géneros y que siempre tendrá espacio para mantener aquellos que siempre han sido parte del festival.