De este film de bajo presupuesto, sobre un reconocido personaje de los comics y el cine, no existe otra manera de iniciar un texto de opinión, más que con su protagonista Joaquín Phoenix, (el Guasón).

Phoenix captó mi atención en Jhonny and Junne: pasión y locura, pero quedé perdidamente enamorada de su trabajo, en Her, y desde allí, llevaba esperando con ansias volver a verlo en la pantalla grande, por su puesto, mi mayor temor era pensar en ¿qué otra cosa podría hacer Phoenix, que estuviese al nivel de su personaje Theodore en Her? ni siquiera contemplaba la idea de que pudiese superar esa actuación.

Pues bueno, indiscutiblemente Joaquín Phoenix es uno de los mejores actores de la generación actual y lo demuestra irrefutablemente con este guasón menos caricaturesco y más humanizado.

Este es un film de muchas sorpresas, es admirable que su director sea Todd Phillips, quien aparece en el mapa de Hollywood gracias a las cintas The Hangover -¿Y que paso ayer?-, y no lo digo porque la serie de films deThe Hangover sean malas películas; de hecho me gustan mucho, sino porque cuesta creer que sea la misma persona, la que dirige ambos films. Además quiero destacar el apoyo de Bradley Cooper en la producción del film, como dije es un film de sorpresas.

Leer también: Bohemian Rhapsody ¿es una buena biografía de Freddie Mercury?

Siento que fue cuando la película ganó el León de Oro en Venecia, que todas las expectativas se empezaron a disparar. Y sí, es un film grandioso, los colores y la fotografía muestran el desequilibrio social de una parte y el mental de otra. La banda sonora desata la parte emocional, la que permite sentir y vivir el guión en carne propia; la sutilidad con que se hace un honor al que será el futuro héroe de la historia sin tener que mencionarlo, dentro de la película todo está en un perfecto balance.

Pero ¿qué hay más allá? El cine habla de lo que está pasando en el meso, o mejor, de lo que el meso se cuestiona y le preocupa. Todas estas conversaciones sociales se trasladan a la pantalla grande, hubo épocas en donde solo se hacían películas sobre racismo y discriminación, otras en las que los dramas policiales no paraban de proyectarse, siento que ahora, estámos en una época donde las películas exponen las problemáticas sociales desde la psique, la sociedad, la psicología y las afectividades, más concretamente en este film, las enfermedades mentales.

Triada de personajes que dan nacimiento al Guasón

En esta película tenemos a tres personajes, por un lado Murray Franklin personificado por Robert de Niro, un presentador de televisión que ilustra la parte de la sociedad que examina y juzga, pero que no hace nada para mejorarlo, que expone lo que está mal pero solo para el bien propio, para ser nombrado como el que no está de acuerdo y que llega hasta ahí.

Está Thomas Wayne, personificado por Brett Cullen (Quien hace el corto papel de el congresista en Batman el Caballero de la Noche Asciende, otra sorpresa). Es la parte élite de la sociedad, una sociedad soberbia ante las injusticias y la criminalidad con un discurso de pretender un meso mejor desde su cómoda posición, posición absolutamente lejana al verdadero dolor, sufrimiento y crueldad.

Y por supuesto está Arthur, que ejemplifica la parte de una sociedad cansada y enferma, con una alocución actual de la felicidad obligatoria, esa felicidad que por su puesto no es alcanzada y que genera frustración, es esa responsabilidad de ser feliz la que se dibuja en el trastorno mental de Arthur que lo hace reírse sin alegría. Es esta tríada, son estas tres potestades las que dan nacimiento al Guasón.

Lo que vivimos al ver la pelicula

Si bien este guasón conserva el caos, el conflicto y la guerra que se desata en las anteriores historias y personificaciones, a diferencia de las otras interpretaciones, este carece de voluntad. Los anteriores payasos villanos tenían una visión pedagógica consciente de ser una lección para el meso, mientras que en este film, él solo es él, y solo se preocupa por serlo. Y es así porque esa es la vida y Phillips nos lo dice y aclara con la canción "That’s Life" de Frank Sinatra, cantada por el propio guasón en la escena final de la película:

“Dije así es la vida (así es la vida), y por muy curioso que parezca, algunas personas disfrutan pisoteando un sueño”.

Esta es la vida, así es, no en los anti héroes calculadores en contra del sistema como en V de Venganza o Fight Club; la vida es un ser humano promedio que desata un caos en la ciudad, así “de la nada”, no necesita nada más.

Todos los anteriores guasones y antihéroes de las películas conservaban esa ficción, pero este villano aterriza a la realidad de las noticias matutinas de nuestras ciudades y regiones, llenas de violadores, asesinos, pedofilos, corruptos, sociópatas...etc, que son personas que “de la nada” quiebran el meso.

Imagino que se vendrán muchas críticas enfocadas a si existe una apología al crimen en el film. Philips es demasiado cauteloso en ello, y no, no se trata de una apología al delito, sencillamente el director nos permite ser más que testigos en la historia. Somos acompañantes de Arthur, vamos tras de él, más bien tan cerca de él, más bien a través de él. Somos el guasón de inicio a fin, caminamos sus pasos, comemos su comida, vemos el meso como él lo ve, así como en otros films se nos permite ser el héroe, aquí somos el villano, lo que puede confesirnos con si el film es una apología a la criminalidad, porque como humanos defendemos nuestras conductas y comportamientos, siendo el guasón quizás sintamos la necesidad de hacerlo.

Pero es aquí donde se separa lo que es la película y lo que la misma nos deja, lo que se vive viéndola y lo que se vive después de verla.

Los interrogantes que quedan después de ver Guasón

La enfermedad mental no solo es de quien la padece sino de quienes decidimos ignorarlas; ignoramos diariamente a los psicópatas, al vecino que violenta verbalmente a su esposa, a la madre que menosprecia y ridiculiza a su hijo, al anciano que le gusta ver los calzoncitos de las estudiantes del cole. Como sociedad hemos venido naturalizando a través de los años todas las conductas violentas, preocupándonos por ajustarlas y jamás por prevenirlas. ¿Será que tenemos los criminales que nos merecemos? ¿Quizás como sociedad no somos culpables de la criminalidad pero sí responsables?

Bueno, este perfectísimo film me dejó muchos interrogantes y una sola certeza y es que la película tendrá muchos más reconocimientos y nominaciones, donde por su puesto y sin lugar a dudas estará la nominación de la Academia a mejor Actor Protagónico.

Instagram @victoriahandybell