Adiós Stan Lee, y para siempre ¡Excelsior!
Adiós Stan Lee, y para siempre ¡Excelsior!
El 2018 sumó entre sus obituarios el de uno de los más grandes editores y escritores de comics, si no el más grande de todos los tiempos; aunque no sobre decirlo estoy hablando de Stan “The Man” Lee.
La afirmación de “el más grande” la hago con mucha seguridad teniendo en cuenta el inmenso aporte que hizo como autor al meso del cómic y la novela gráfica, más allá de que inolvidables nombres como los de Winsor McCay y Will Eisner quienes fueron pioneros y vindicadores del por muchos conocido como noveno arte.
En las siguientes líneas contaré mi relación con los comics y como esta fue de la mano del espíritu casi omnipresente de este famoso neoyorquino nacido a inicios de los 20s.
Los comics y yo
Mi primer contacto con los comics fue casi que inevitablemente guiado por los dibujos e historietas de Walt Disney, tanto en el papel como en el audiovisual. Las primera viñetas que leí tenían los animales antropomorfizados hechos por los artistas de la gran empresa estadounidense, que curiosamente terminó convirtiéndose en la dueña de Marvel Comics en años recientes.
Fue más adelante cuando en medio de una febril enfermedad, que me confinó en casa por unos días, conocí al Sorprendente Hombre Araña por medio de una serie de acción en vivo de finales de los 70s (que como cosa rara llegó una década más tarde a Colombia). Esta serie (protagonizada por el aún desconocido Nicholas Hammond) tenía unos ingenuos pero efectivos efectos especiales que permitían ver a Spidey trepando paredes y luchando con villanos en las azoteas de Nueva York.
¿Por qué es tan importante Spider-Man?
Años más tarde llegó a mis manos un bolsilibro, o libro de bolsillo que recopilaba varios números de una serie lanzada en 1976 con el nombre Peter Parker, The Spectacular: Spider-Man que fue un spin off de la serie original, el cual ha tenido varios volúmenes durante las últimas décadas, en el bolsilibro se encontraban historias de Spider-Man con otros superhéroes, como el Tigre Blanco, Arcángel, El hombre de hielo y villanos como Luzardo (Así era el nombre… no es broma) y Morbius, el Vampiro viviente.
Cada una de las historias que se encontraban en este bolsilibro eran totalmente nuevas para mi, Spider-Man no era sólo un enmascarado que luchaba contra la delincuencia común o villanos con mentes retorcidas o con deseos megalómanos, sino que tenía enfrentamientos con otros justicieros enmascarados como con el Tigre Blanco, o villanos que no eran malos per se sino que su “maldad” procedía de sus necesidades fisiológicas como en el caso de Morbius y su incontenible sed de sangre (por cierto parece ser que este personaje llegará al cine encarnado por Jared Leto, esperar a ver si le va mejor que con el Guasón de Suicide Squad).
En las páginas de estos comics el Tigre Blanco, que es uno de los primeros superhéroes latinos de los cómics, se enfrenta no solo al arácnido trepa muros sino que su alter ego (Hector Ayala) afronta a problemas de su cotidianidad, como la discriminación, protestas estudiantiles, asuntos familiares de manera análoga la dupla Peter Parker-Spidey no solo lidia con los golpes de cada confrontación sino que tiene que ver cómo resuelve asuntos relativamente triviales, como el del olor a comida en su ropa luego de esconderla en la ventila de un restaurante mientras llega tarde a una clase de la universidad, universida donde Héctor Ayala es un compañero más del “amigable vecino Spider-Man”.
Todas estos problemas relacionados con la vida cotidiana que los héroes y villanos de Marvel enfrentaban fueron las razones por las cuales Spiderman tuvo gran acogida cuando llegó a los kioscos de revistas, ya que el lector veía en Peter Parker un personaje con el que siempre podía sentirse identificado y ese, al final, fue el gran aporte de Stan Lee a los cómics, imaginar superhéroes que no son invencibles sino que por el contrario son muy humanos, ese fue el estilo con el que desde un principio trabajó en Timely Comics desde los 40s cuando empezó escribiendo historias del Capitán América, editora que años después se convertiría en Marvel Comics.
¿Y por qué es importante Stan Lee?
En este punto se puede entender porque Stan Lee resultó ser una figura de culto en el meso de los cómics, paradójicamente cuando Stan Lee llega a Timely Comics no usa su nombre real (Stanley Martin Lieber) sino que usa el seudónimo Stan Lee para poder usar su nombre real en las grandes novelas que esperaba escribir a futuro y así no tener en su historial el oficio, poco serio, de escribir guiones para cómics.
Fue de su relación con Jack “The King” Kirby donde surgieron sus más memorables éxitos y posteriores rencillas (por temas relacionados con la gran popularidad de Lee) con uno de los mejores dibujantes y escritores de los comics, esta dupla creativa produjo personajes conocidos por todos como Hulk, Thor, X-Men, Iron Man, Ant-Man, The Avengers y Los 4 Fantásticos, estos últimos siendo la primera creación de Stan Lee en Marvel Comics, con los que marcó la pauta para lo que fue el estilo de Lee como escritor, Los 4 Fantásticos no usaban máscara y no tenían una identidad secreta, aunque si usaban nombres claves, además constituían una familia lo que implicaba que proteger a sus seres queridos era proteger al propio equipo.
Este tipo de historias, donde los super héroes luchaban con villanos superpoderosos y su problemas personales relacionados con, problemas sentimentales, adicciones, fobias y otros similares, se hizo habitual en el estilo de Stan Lee y así Marvel se convirtió en una escuela donde los escritores (no solo de Marvel sino también de DC) adoptaron este estilo y lo mantuvieron hasta la fecha, creando así también una generación de lectores que lograron identificarse con sus héroes y también empezaron a exigir historias que desafían no sólo su credibilidad y su fidelidad.
Posteriormente autores más modernos como Frank Miller (300, Sin City) inspirados por Lee, logran abordar los dramas humanos en héroes tradicionales como Batman con historias como The Dark Knight Returns (Que ha sido la inspiración para los largometrajes de Batman desde el Universo de Tim Burton, pasando por Chris Nolan y llegando al de Zack Snyder) o con oscuras narraciones como Born Again en donde DareDevil toca fondo y llega al borde de la locura manipulado por su enemigo más formidable, King Pin.
Stan Lee se convirtió así no solo en el padre de una nueva generación de autores sino de una nueva generación de lectores de comics y de cinéfilos que encuentran en el universo cinemático más grande de la historia de la pantalla grande el MCU (Marvel Cinematic Universe) lo que los niños encontraban en los tebeos de los quioscos a mediados del siglo pasado, un universo de fantasía donde ellos pueden ser los protagonistas.
Es así como un joven neoyorquino sin trabajo y con muchas ganas de escribir se convirtió “sin querer queriendo” en el creador de uno de los universos imaginarios más grandes de la industria del entretenimiento más que por su creatividad, por su gran capacidad de hacerlo creíble y palpable para los lectores.
Por eso que hoy, todos los aficionados al cómic (de Marvel o DC) despedimos a un gigante de los comics, gracias por todo Stan Lee, nos veremos luego... ¡Excelsior!