El Gaitán a ochenta latidos - Los Prisioneros y Los Toreros Muertos en Bogotá
El Gaitán a ochenta latidos - Los Prisioneros y Los Toreros Muertos en Bogotá
Luego de casi treinta años, los 80s se resisten a la jubilación, a pesar del tiempo continúan llegando de visita década tras década, trayendo de vuelta modas y recuerdos con un aire de nostalgia que renueva el corazón de quienes vivimos esta época en nuestra adolescencia o niñez.
Con un lleno total el Teatro Municipal Jorge Eliécer Gaitán recibió en una noche indeleble a dos de los grandes del rock latinoamericano, Los Toreros Muertos de España y Los Prisioneros de Chile. Los asistentes tuvimos la oportunidad de recordar lo que sentimos, hace algunos años, con cada una de las armonías que llenó el auditorio durante casi tres horas de concierto que empezaron con el riff tipo western de “Quieren dinero”, un clásico de Los Prisioneros que en 1986 inesó las radios latinoamericanas.
Las voces de Claudio Narea y Miguel Tapia trajeron a los oídos de los roqueros cuarentones las líricas de clásicos como “Quién mató a Marylin”, “Tren al sur”, las infaltables “El baile de los que sobran”, “Paramar” y una ecléctica versión de “Muevan las Industrias” que dejó de lado los teclados que convirtieron a esta canción en un clásico.
El repertorio de la noche también incluyó “No necesitamos banderas”, “Mentalidad televisiva”, “We are sudamerican rockers”, “¿Por qué no se van?”, “Nunca quedas mal con nadie”, “La estamos pasando muy bien” además de “No me ves” éxito que hizo conocido a Claudio Narea como solista en Latinoamérica. El recital de los chilenos concluyó con una genial interpretación de “Sexo” y la emblemática “La voz de los 80s”, ambos sencillos de su primer álbum de 1984.
Aunque por obvias razones Jorge González no se hizo presente, el líder del grupo estuvo en la mente y los corazones de todos, sobre todo la de sus compañeros de fórmula quienes le enviaron un caluroso saludo de cumpleaños, 53 años después de que el cantautor hubiese visto la luz en la comuna de San Miguel de Santiago de Chile.
Luego de un derroche sin igual de talento y entrega total al público, que quedó con los ánimos hasta el techo con una sensacional recopilación de sus éxitos, la agrupación chilena cedió el escenario al cuarteto español de irreverentes roqueros Los Toreros Muertos, quienes con su burlona actitud desplegaron un talento que se notó intacto desde la salida de la canción que los hizo conocidos en 1984, “Yo no me llamo Javier”.
Pablo Carbonell subió al escenario luego de que sus compañeros habían calentado motores iniciando el repertorio con la obligada “Los Toreros Muertos”. El cantante andaluz, quien como un mago de circo, empezó a sacar artilugios de un pequeño maletín que lo acompañó hasta el final, interpretó las clásicas “On the desk”, “A tu casa”, “Pilar”, “Manolito”, “El Mono de la NASA”, “Soy un animal”, “Yo no me llamo Javier”, “Hoy es domingo”, “Mi agüita amarilla” la cual incluyó un tributo a Prince con una corta interpretación de “Purple Rain”, “Twist'as loca”, “Bum bum”, “Para ti”, “DNI”, “Falangista” y “Tu madre tiene bigote”, todas estas coreadas a todo pulmón por los asistentes.
Sus grandes éxitos se fueron alternando con canciones de su reciente álbum “Nuevo Chou” como “Bicicleta estática” que incluyó una dedicatoria especial a Miguel Bosé, “Teurel”, “No todo va a ser follar”, “Nos ocupamos del mar”, estas dos últimas composiciones del cantautor Español Javier Krahe fallecido en 2015.
La despedida de los españoles con “Hasta siempre” estuvo precedida de una prolongada ovación final de los satisfechos asistentes que abandonaron el Gaitán para abrigarse bajo la luz de la luna capitalina, mientras tarareaban alguna de sus canciones favoritas guardando en su corazón, de nuevo adolescente, la esperanza de volver a tener otra noche tan especial para recordar la mejor época del rock en español, los años ochenta.
Revive a continuación las presentaciones de Los Prisioneros - Nareay Tapia y Los Toreros Muertos en Bogotá: