"Esta es nuestra primera cita", fueron las palabras de Richie Kotzen para definir su primer concierto en Bogotá el pasado 18 de octubre de 2014. Después de visitar varios países de Latinoamérica, este virtuoso guitarrista hizo una parada en el Teatro El Dorado ECCI, donde entregó todo a un público que respondió con euforia total desde el primer segeso en que el artista subió al escenario, sentimiento que permaneció incluso después de finalizado el show.

Fue una noche fría, eran la siete y media y la fila no era muy larga. Las puertas se abrieron pasadas las ocho. El teatro no se llenó por completo pero en el ambiente se sentían las ansias. Alrededor de las ocho y media Carlos Oñoro, organizador del evento, fue el encargado de dar la bienvenida a los asistentes, más que una bienvenida, fue una invitación a continuar apoyando eventos como estos, donde se exalta la calidad musical.

El encargado de abrir la noche fue José Fernando Cortez y su power trio. La fuerza de su guitarra se tomó el ECCI. Aun cuando el público respondía tímidamente desde sus sillas, los solos de guitarra y el rock and roll se hacen más potentes cada vez, Jose Fernando no duda en lucirse y se lanza entre el público logrando generar ovaciones, el guitarrista expresa su alegría por ser telonero de Richie Kotzen, quien en algún momento seguramente le sirvió de inspiración. Con la guitarra por los aires se cierra su presentación. Casi eran las nueve de la noche y el público espera inquieto el plato fuerte de la noche. Comienza la cuenta regresiva.

Casi media hora después Richie Kotzen sale a escena. El público se enloquece, todos dejan sus sillas para ubicarse lo más cerca posible del escenario. Los gritos de emoción no se hacen esperar. War Paint fue la canción de apertura, el poder y la voz de Kotzen envuelven hipnóticamente a los asistentes.

A medida que avanza el show se logra apreciar el virtuosismo de un genio de la guitarra que, con su simpleza y carisma, logra transmitir la pasión que hay detrás de su música, de igual forma los asistentes responden a cada movimiento o mirada que Kotzen lanza. La interacción entre el público y el músico es exaltada por el mismo, quien no duda en agradecer por tan cálido recibimiento. Después de tres canciones Kotzen presenta Cannibals, producto de su nuevo trabajo musical, canción que sin ser muy conocida es bien recibida entre gritos y ovaciones para la banda en escena.

Avanza el concierto, ya la conexión es total, no hay duda alguna de que estamos en presencia de un monstruo de la guitarra que como artista se empeña en dejarlo todo sobre el escenario. Kotzen le entrega la batuta sus compañeros de banda, Mike Bennett y Dylan Wilson quienes se “enfrentan” en un duelo instrumental lleno de la fuerza y el poder característicos de la batería y el bajo. El guitarrista vuelve a escena, pero para sorpresa de todos se sienta en la batería advirtiendo lo que podría ser un desastre. Se da inicio a Help me, una canción que enloquece al público. Después de unos momentos al frente de la batería, el poder de la guitarra irrumpe en el escenario nuevamente. Todos corean las canciones mientras saltan, la sinergia es total bajo un techo que da la apariencia de un cielo estrellado. Es una noche mágica.

 Fueron catorce canciones impecables que calentaron la noche fría de Bogotá, el público más que satisfecho se retira con una amplia sonrisa en sus rostros, es la satisfacción de poder presenciar a un gran artista, un virtuoso de la guitarra que compartió y entregó todo de sí para lograr un excelente show.

Por: Nathalia Sánchez M.