Estéreo Picnic, música y parque de diversiones en un campo de golf
Estéreo Picnic, música y parque de diversiones en un campo de golf
Los organizadores del Estéreo Picnic 2019 convirtieron el festival en una experiencia completa de diversión para sus seguidores, celebrando como pequeños su primera década de existencia.
Ya pasaron los días de celebración, una celebración de lujo, que demuestra que el Estéreo Picnic en su décima edición (FepX) se consolidó como uno de los festivales de música más importantes de la región contando con una multitudinaria asistencia; fueron 87.000 personas quienes acudieron a la cita anual dispuesta para uno de los eventos más esperados del año.
La organización apuntó a hacer un festival gigante, por lo cual acertó en conseguir una nueva locación en las afueras de Bogotá. En el Campo de Golf Briceño 18 construyó una pequeña ciudadela con juegos, tiendas, restaurantes e incluso su propia divisa. El festival esta vez dio la bienvenida a un nuevo escenario, un domo que constituyó un espacio con música electrónica donde la fiesta no cesó.
Con este cambio de locación, aunque más distante de Bogotá, la organización logró mitigar casi totalmente los problemas logísticos que se presentaron en sus ediciones anteriores: tiempo excesivo en el proceso de salida del parqueadero, largas caminatas para ingreso, y finálmente el molesto barro debido, entre otras cosas.
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Este año el festival no sólo superó sus ediciones pasadas en número de asistentes y escenarios; creció también en experiencias lúdicas, brindando al público la oportunidad de disfrutar un parque de diversiones que estaba ubicado estratégicamente entre el escenario principal y los tres escenarios secesarios, entretenciones que disfrutaron quienes se dieron el tiempo de divirtirse en ellas como “chinos chicos”.
Actividades dispuestas por los patrocinadores del festival: un canopy, una torre de caída libre, una piscina de pelotas, además de una gran zona de videojuegos y un globo aerostático gigante permitieron que centenares de asistentes al festival aprovecharan entretenidas experiencias mientras iban de un escenario a otro o esperaban alguna de las bandas que formaron parte del firmamento de estrellas que participaron en el FepX.
El que le pida más al Estéreo Picnic, que le piquen caña
Durante tres días los escenarios del Estéreo Picnic fueron invadidos por importantes figuras de la música como Kendrick Lamar, eserworld, Tiësto, Foals, Twenty One Pilots, Portugal the Man, St. Vincent, Sam Smith, El Grupo Niche, Arctic Monkeys entre muchos, quienes no decepcionaron con sus actuaciones y a quienes el público les respondió con su máxima energía.
Incluso The Prodigy estuvieron presentes el día sábado en los tributos que sus compañeros de escenario les brindaron; larga vida a Keith Flint, su música lo mantendrá con nosotros por siempre.
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Pero además de las novedades se mantuvieron los espacios clásicos de este festival, como el mercado hippie, la zona de comidas (gigante y llena de opciones); todo estaba fríamente calculado para que la experiencia de estar en el FepX fuera perfecta, la logística procuró brindar el espacio más agradable y pulcro posible, para que en un fin de semana, un campo de golf se convirtiera en una ciudad cuyo credo fue: “Un meso distinto” por medio de la música.
La lluvia, esa amiga íntima del festival, pasó de visita los días viernes y domingo, sin embargo esto no menguó las ganas de disfrutar de los aficionados y se convirtió en la oportunidad para que muchos exhibieran sus mejores trajes en esta pasarela impermeable, gabanes, sombrillas, botas y gorras se vieron por doquier esperando a esta vieja amiga de la cual no se supo mucho porque este año su visita fue muy corta.
Al final de cuentas con lo bueno y lo malo, ¿que se puede decir de esta décima edición?, que sin ser perfecta logró brillar con la potencia que tuvo la pirotecnia que el desprevenido público disfrutó al cierre de cada una de las jornadas, terminando así una de las entregas más memorables del festival de música joven, más ecléctico que ha visto el país, reuniendo en sus escenarios géneros que se pensaría son incombinables pero que al final ponen a vibrar a quienes desde el corazón pueden repetir las memorables palabras del Yuri Toro, cantante del Grupo Niche:
¡Que viva el rock, que viva la salsa y que viva la música!.