El viernes 21 de mayo de 2010 se presento el artista puertorriqueño Robi Draco Rosa en un maestral concierto realizado en el norte de la capital colombiana, más exactamente en el Centro de Eventos Autopista Norte.

La cita para ver a Draco era hacia las 7:00 pm, mucha gente arribaba al lugar, era una noche fría, previamente había llovido en Bogotá

pero ni el frio ni la lluvia fue impedimento para vivir el espectáculo de un artista del rock en Colombia, a un vagabeso por el meso.

El ambiente calentaba motores, el público asistente al lugar se preparaban con algo de licor, conversaban, fumaban, tomaban de esta manera fueron aguantando la larga espera una espera que para algunos, los que llegaron más temprano, fue casi de tres horas. En el escenario los instrumentos de los músicos aguardaban, la batería en este caso no estaba en el centro del escenario sino a un costado, guitarras y demás, asimismo se encontraba algo muy peculiar, una silla de madera que posteriormente sería utilizada por Draco para su show.

Pasadas las 10:30 pm la estrella del espectáculo llegaba a tarima, la espera había terminado, arriba celulares, alisten las cámaras por que Robi Draco Rosa se presenta en Bogotá, su banda toman lugares, mientras tanto Draco toma su guitarra gris brillante, baja el micrófono y se sienta, da los primeros acordes del primer tema el show acaba de iniciar.

Hacia la media noche Robi Draco Rosa baja del escenario, cumplida 1 hora y media de concierto y luego de a ver escuchado Brujería, pero la gente quería más y a una sola voz se escuchaba decir Draco, Draco, Draco; no pasaron más de 5 minutos y Robi Draco retorna al escenario para continuar con su concierto esta vez para cerrar y dejar en la mente, la lente y la retina de cada asistente el recuerdo del paso de un vagabeso por Bogota.

Un concierto donde los espectadores cantaron y corearon desde la primera hasta la ultima cancion, brujería, Penélope, dejar atrás, vagabeso temas que hicieron parte del repertorio de Robi Draco, un espectáculo donde Draco quedaba en silencio por momentos dejando que el publico complementara el tema, no hubo canción sin ser cantado, gritado, gozado por los asistentes.

Una noche llena de estrellas, un poco fría donde la música de este puertorriqueño embriago a los capitalinos, solo queda por dar un agradecimiento a los organizadores que se miden hacer espectáculos de este nivel, al publico por su comportamiento, por aguantar tanto y por cantar y gozar cada canción y también agradecer a Draco por regalarnos una noche majestosa con buenos temas, mucha alegría y buena energía.